Cribado para el cáncer de mama: consolidado pero aún controvertido

Puesto que el programa de detección del cáncer de mama con mamografía está consolidado en muchos países, bien podría suponerse que el cribado mamográfico debe estar basado en evidencia sólida de que los beneficios superan a los daños. Como destacó un experto en salud pública de los Estados Unidos en 2010: «Ninguna prueba de cribado jamás se ha estudiado más meticulosamente. En los últimos 50 años, más de 600 000 mujeres han participado en 10 ensayos aleatorizados, cada uno con un seguimiento de aproximadamente 10 años». Pero añadió: «Dado este extraordinario esfuerzo de investigación, es irónico que la mamografía de cribado siga siendo uno de los temas más controvertidos dentro de la comunidad médica». [9]

¿Por qué el cribado mamográfico es tan controvertido? Un motivo fundamental es que tanto proveedores de cribado como grupos de pacientes lo «vendieron» a las mujeres como algo sensato que se debe hacer. La información brindada a las mujeres a quienes se les ofrece el cribado para el cáncer de mama destaca los beneficios y pasa por alto los daños, las limitaciones y las consecuencias. [10]  No obstante, la mamografía no solo conduce al diagnóstico temprano sino que también, al igual que sucede con el cáncer de próstata, al diagnóstico de cánceres que nunca se hubieran manifestado en toda la vida de la paciente. Inevitablemente, también se obtendrán resultados falsos positivos.

La evidencia científica más fiable proviene de la revisión sistemática de los resultados de ensayos clínicos en los que se asignó aleatoriamente a las mujeres a los grupos de cribado y no cribado. Los resultados ofrecen una lectura interesante. Muestran que, si se somete a cribado a 2000 mujeres de forma periódica durante diez años, el cribado resultará útil en una de ellas, ya que evitará que muera a causa del cáncer de mama. Pero al mismo tiempo, como consecuencia del cribado, diez mujeres sanas se transformarán en «pacientes con cáncer» y recibirán tratamiento innecesariamente. De hecho, la mamografía en estas mujeres ha detectado lesiones que tenían un crecimiento tan lento (o incluso que ni siquiera crecían) que nunca se hubiesen transformado en un cáncer verdadero. A estas mujeres sanas posteriormente se les extirpará parte de la mama, o incluso la mama completa, y a menudo recibirán radioterapia y, en algunos casos, quimioterapia. [11]

Además, 200 de 2000 mujeres sometidas a cribado experimentarán una falsa alarma. La tensión psicológica hasta que la mujer conoce su diagnóstico, si tenía o no cáncer, e incluso después, puede ser grave. Asimismo, la mamografía frecuentemente se fomenta a las mujeres junto con la recomendación del autoexamen mamario o el conocimiento de la mama, cuando también se ha demostrado que ambos métodos son más perjudiciales que beneficiosos.[12]

Un experto británico en salud pública observó que la posibilidad de un beneficio individual a partir de la mamografía es muy pequeña. Recalcó: «son muy pocos lo que entienden esto. En parte, se debe al ofuscamiento de los organizadores de los servicios de mamografía que suponen que es necesario un énfasis positivo para lograr un cumplimiento razonable (con el cribado)». Al evaluar la evidencia científica disponible en 2010, comentó: «La mamografía sí salva vidas, con mayor eficacia entre mujeres mayores, pero también causa daños».

Los daños a los que se refiere son el exceso de diagnóstico y los falsos positivos. En tono crítico, destacó que el análisis completo de todos los resultados individuales de los estudios de cribado recientes aún debía evaluarse de manera objetiva. [13] Mientras se espera esa evaluación imparcial, se sigue ofreciendo a las mujeres el cribado mamográfico. Al menos, se les debe brindar información lo suficientemente equilibrada que les permita decidir (junto con su familia y su médico si desean) si quieren someterse al cribado o no.