Antes no necesariamente significa mejor
Puntos clave
- El diagnóstico más temprano no necesariamente conduce a mejores desenlaces; a veces empeora la situación
- Los programas de cribado solo deben introducirse si están basados en la evidencia científica sólida de sus efectos
- No introducir un programa de cribado puede ser la mejor opción
- Se debe proporcionar información equilibrada a las personas a quienes se les ofrece el cribado
- A menudo, se exageran los beneficios del cribado
- Los daños del cribado con frecuencia se minimizan o se ignoran
- Es esencial una buena comunicación sobre los beneficios, los daños y los riesgos del cribado
Introducción
En los tres primeros capítulos, se comentó cómo los tratamientos que se prueban inadecuadamente pueden causar daños graves. En este nos ocupamos del cribado (o detección sistemática) que se realiza a personas aparentemente sanas en busca de signos tempranos de enfermedad. Someter a cribado suena muy sensato, ¿qué mejor manera de evitar las consecuencias graves de las enfermedades y mantenerse sano? Si bien el cribado es útil para varias afecciones, además de ayudar también puede causar daño.
En esta sección, recurrimos a diversos ejemplos de enfermedades para demostrar por qué el diagnóstico temprano puede ser mejor pero no siempre lo es; por qué muchos tipos de cribado no tienen ningún beneficio, o su beneficio es dudoso; y cómo los beneficios del cribado a menudo se han exagerado y los daños se han minimizado o ignorado. El cribado a las personas sanas nunca debe tomarse a la ligera; siempre existen desventajas que debemos tomar con cautela. El cribado es una intervención médica. No solo eso, el ofrecimiento del cribado es en sí una intervención. Incluso alguien que opta por rechazar el cribado se quedará con la duda persistente de no saber si ha tomado la decisión «correcta»; eso está en la naturaleza humana. Muy diferente es no haber recibido el ofrecimiento del cribado en primer lugar.
En el mejor de los casos, el cribado se debería ofrecer a las personas sanas a quienes busca tranquilizar o tratar solo si existe evidencia científica sólida de que: a) será más beneficioso que perjudicial a un costo asequible, y que b) se ofrecerá como parte de un programa de buena calidad e implementado adecuadamente.[1]
El cribado es mucho más que una prueba excepcional. Las personas a las que se les ofrece el cribado necesitan suficiente información imparcial y pertinente que les permita decidir si aceptan el ofrecimiento o no; es decir, necesitan saber cuál es la finalidad de someterse al cribado.[2]
Una forma de pensar en el cribado es la siguiente: