El programa de la tarjeta amarilla

El llamado «Programa de la tarjeta amarilla» se introdujo en Gran Bretaña en 1964, después de que la tragedia de la talidomida puso de manifiesto la importancia del seguimiento de los problemas que ocurren con posterioridad a la autorización de un fármaco. Los informes se envían al Organismo Regulador de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA), que analiza los resultados. Cada año, el MHRA recibe más de 20 000 informes de posibles efectos colaterales. En un principio, solo los médicos podían enviar informes, pero posteriormente se alentó a enfermeras, farmacéuticos, forenses, odontólogos, técnicos radiólogos y optometristas para que también lo hicieran. Desde 2005, se ha invitado a pacientes y prestadores de cuidados a que notificaran presuntas reacciones adversas. Los informes se pueden presentar en Internet en www.yellowcard.gov.uk, por correo postal o por teléfono. Una paciente resumió su experiencia de esta manera: «Poder notificar los efectos colaterales a través del Programa de la tarjeta amarilla le da el control al paciente. Significa que uno puede informar directamente sin tener que esperar que un atareado profesional de la salud lo haga… Se trata de poner a los pacientes en el centro de la atención. Es un gran avance para la participación del paciente y marca el comienzo del camino a seguir y un cambio radical en la actitud».

Bowser A. A patient’s view of the Yellow Card Scheme. En: Medicines & Medical Devices Regulation: what you need to know. London: MHRA, 2008. Se puede consultar en www.mhra.gov.uk