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Aún cuando los estudios se publican, a menudo omiten elementos importantes que permiten a los lectores evaluar y aplicar los hallazgos.

En una revisión de 519 ensayos aleatorizados publicados en revistas científicas prestigiosas durante diciembre de 2000, se encontró que el 82 % no describía el proceso de ocultamiento de la asignación  y el 52 % no brindaba detalles de las medidas tomadas para reducir los sesgos del observador, dos características fundamentales para los buenos estudios. [10]

Esta comunicación deficiente de los detalles se extiende incluso a la descripción de los tratamientos utilizados. Un ensayo en el que se demostró que entregar un folleto específico (en comparación con ningún folleto) ayudaba a los pacientes con síndrome de colon irritable omitió describir el contenido del folleto o la forma de obtenerlo; por lo tanto, ningún otro paciente o médico podía utilizar el «tratamiento». Este es tan solo un ejemplo de un análisis de los ensayos publicados en las principales revistas científicas en el que se encontró que aproximadamente un tercio omite dichos detalles cruciales. [11]

Por último, la mayoría de los ensayos publicados no sitúa los resultados en el contexto de ensayos similares anteriores. Sin este paso clave, es imposible saber lo que verdaderamente significan los resultados.

Las verificaciones trimestrales de ensayos aleatorizados publicados en cinco revistas médicas importantes en un período de 12 años (1997-2009) ilustran la magnitud del problema. En general, solo 25 de 94 (27 %) informes hicieron aunque sea alguna referencia a las revisiones sistemáticas de ensayos similares. Solo 3 de 94 informes realmente contenían revisiones actualizadas que incorporaban los nuevos resultados y demostraban así qué diferencia habían marcado los nuevos resultados en relación con toda la evidencia científica. Lamentablemente, no hay evidencia científica sobre la mejora en las prácticas para la escritura y publicación con el paso del tiempo. [12]

Esta limitación puede llevar a que los médicos utilicen distintos tratamientos según qué revista científica lean.