Lo que no hacen los sistemas de reglamentación

Aunque los sistemas de reglamentación para la investigación imponen requisitos rigurosos a los investigadores antes de que comiencen los estudios, existen muchas cosas que notoriamente no hacen o que no hacen bien.

Muchos sistemas no hacen lo suficiente para asegurar que los estudios propuestos sean verdaderamente necesarios; por ejemplo, no exigen que los investigadores demuestren que han realizado una revisión exhaustiva de la evidencia científica existente antes de emprender estudios nuevos .

Aún más, la mayor parte de las actividades de reglamentación de la investigación se encuentra en la etapa inicial, con el énfasis puesto en el control del reclutamiento de los participantes a los estudios. Pero, sorprendentemente, se dedica poco esfuerzo a supervisar los estudios una vez que están en ejecución y a garantizar que los investigadores publiquen los informes con celeridad al terminar su trabajo (o aunque sea en algún momento) y que describan cómo sus hallazgos redujeron la incertidumbre.

Las personas que sean invitadas a participar en investigaciones sobre los efectos de los tratamientos deberán confiar en que los estudios valen la pena y que sus contribuciones serán útiles. Los sistemas de reglamentación deben hacer más para tranquilizarlos en ambos aspectos y eliminar los obstáculos innecesarios a la buena investigación dirigida hacia las preguntas de investigación que les interesan a los pacientes.

Existe una concienciación cada vez mayor acerca de que las evaluaciones de los tratamientos es asunto de todos. En la medida que los pacientes y la población aprovechen las oportunidades que se ofrecen actualmente para participar en la planificación y la realización de investigaciones, tendrán más probabilidades de expresar sus puntos de vista para asegurar que se resuelvan los obstáculos de la reglamentación.