Formas de utilizar la asignación no sesgada (aleatoria) en las comparaciones de tratamientos
La asignación aleatoria para las comparaciones de tratamientos se puede utilizar de diversas maneras. Por ejemplo, se puede utilizar para comparar distintos tratamientos administrados en diferentes momentos en orden aleatorio para el mismo paciente, lo que se denomina «ensayo cruzado aleatorizado».
De este modo, para evaluar si un fármaco inhalado pudo ayudar a un paciente individual con una tos seca persistente, se podría diseñar un estudio que dure algunos meses. Durante algunas semanas, elegidas al azar, el paciente utilizaría un inhalador con un fármaco; durante las otras semanas, el paciente utilizaría un inhalador de aspecto idéntico que no contiene el fármaco.
Ajustar los resultados de la investigación a la medida de los pacientes individuales de este modo es claramente deseable si se puede realizar. Pero hay muchas circunstancias en las que los estudios cruzados de este tipo son simplemente imposibles. Por ejemplo, distintas intervenciones quirúrgicas no se pueden comparar de este modo, ni tampoco los tratamientos para problemas de salud agudos, excepcionales, como una hemorragia intensa después de un accidente de tránsito.
La asignación aleatoria también se puede emplear para comparar distintos tratamientos administrados en distintas partes del mismo paciente.
Así, en un trastorno de la piel como el eccema o la psoriasis, las zonas afectadas de la piel se pueden seleccionar al azar para decidir cuál se debe tratar con el ungüento que contiene el fármaco y cuál con el ungüento sin principios activos. O bien, en el tratamiento de enfermedades en ambos ojos, uno de los ojos se podría seleccionar al azar para el tratamiento y la comparación se podría realizar con el ojo no tratado.
Otro uso de la asignación aleatoria es comparar distintos tratamientos administrados a diferentes poblaciones o grupos; por ejemplo, todas las personas que asisten a cada uno de un número de hospitales o clínicas de atención primaria. Estas comparaciones se conocen como «ensayos aleatorizados por grupos».
Por ejemplo, para evaluar los efectos de un programa de seguro médico universal mexicano, los investigadores emparejaron 74 pares de áreas de captación de atención sanitaria, grupos que en conjunto representaron 118 000 hogares en siete estados. Dentro de cada par emparejado, uno era asignado aleatoriamente al programa de seguro. [6]
Por un gran margen, sin embargo, el uso más frecuente de la asignación aleatoria es para decidir qué paciente recibirá qué tratamiento.