Las anécdotas son simplemente anécdotas

‘Nuestros cerebros parecen estar diseñados para las anécdotas y aprendemos más fácilmente a través de historias convincentes, pero me aterra pensar que tantas personas, incluidos muchos de mis amigos, no se den cuenta de los riesgos de este enfoque. La ciencia sabe que las anécdotas y las experiencias personales pueden inducir a errores fatales. Exige resultados que sean evaluables y repetibles. Por otra parte, la medicina solamente puede confiar en la ciencia hasta cierto punto. La variabilidad humana es demasiada como para estar muy seguros de algo en lo que se refiere a pacientes individuales, por lo que efectivamente, con frecuencia, son muchas las posibilidades de dejarse llevar por una sospecha. Seamos claros en cuanto a los límites, porque si nos apartamos de ellos rápidamente se traicionará la esencia de la ciencia: se toman los caminos más fáciles, y se entremezclan los hechos y las opiniones, hasta que se torna difícil distinguir el uno del otro.’

Ross N. Foreword. In: Ernst E, ed. Healing, hype, or harm? A critical analysis of complementary or alternative medicine. Exeter: Societas, 2008:vi-vii.