Participación de los ciudadanos para mejorar la atención sanitaria
‘La convergencia de intereses entre los grupos de defensa de los pacientes, los que venden tratamientos y aquellos que los recetan da como resultado un poderoso cóctel de influencias, que casi siempre impulsa a los responsables de definir las políticas de salud en una dirección: más pruebas, más procedimientos, más camas, más pastillas…
Como alguien que ha estado informando en este campo durante más de un decenio, siento que lo que a menudo falta en los debates es una voz que represente de forma genuina los intereses de la población. Los grupos de defensa patrocinados son veloces para celebrar un tratamiento o una tecnología nueva, pero lentos para criticar públicamente su limitada eficacia, su costo excesivo o su franco peligro. Y, al igual que muchos periodistas, los políticos tienden a sentirse innecesariamente intimidados por profesionales de la salud prestigiosos y defensores apasionados que, muy a menudo, prestan su credibilidad a campañas de mercadotecnica que amplían las definiciones de enfermedad y promueven las soluciones más costosas.
La aparición de nuevos grupos de presión de ciudadanos dentro de la atención sanitaria, conocedores de la forma en que se puede hacer uso y abuso de los datos científicos, puede generar un debate mejor informado sobre las prioridades en los gastos. Estos grupos de ciudadanos sistemáticamente podrían poner al descubierto tácticas engañosas de mercadotecnia en los medios; también podrían ofrecer a la población y a los responsables de definir las políticas de salud evaluaciones realistas y sofisticadas de los riesgos, beneficios y costos de una gama mucho más amplia de estrategias sanitarias.’
Moynihan R. Power to the people. BMJ 2011;342:d2002.