Consejo sobre la posición para dormir de los bebés

No piensen los lectores que solo los medicamentos pueden hacer daño; los consejos también pueden ser letales.

Muchas personas han oído hablar del doctor Benjamin Spock, un especialista estadounidense en cuidado infantil. Su libro, traducido al español bajo el título de Tu hijo, tuvo un gran éxito de ventas y llegó a ser como una biblia tanto para los profesionales como para los padres, especialmente en los Estados Unidos y el Reino Unido, durante varias décadas.

Cómo el consejo sobre la posición para dormir fue cambiando

Cómo el consejo sobre la posición para dormir fue cambiando (presiona para agrandar)

Sin embargo, con uno de sus consejos bien intencionados, el doctor Spock cometió un grave error. Con una lógica que parecía irrefutable, e indudablemente un cierto grado de autoridad, en la edición de su libro de 1956 y en las sucesivas sostenía:

‘Hay dos desventajas de que un bebé duerma boca arriba. Si vomita, es más probable que se ahogue con el vómito. Además, tenderá a mantener la cabeza vuelta hacia un solo lado […] esto puede aplanar ese lado de la cabeza […]. Creo que es preferible acostumbrar al bebé a dormir boca abajo desde el principio.’

Poner a los bebés a dormir boca abajo (en decúbito prono) se convirtió en una práctica generalizada en los hospitales, que fue seguida obedientemente en casa por millones de padres. No obstante, ahora sabemos que esa práctica, que nunca se evaluó de manera rigurosa, ocasionó decenas de miles de casos de muerte súbita del lactante (también llamada «muerte en la cuna») que se podrían haber evitado. [1]

Aunque no todas las muertes súbitas del lactante pueden atribuirse a este consejo desafortunado, hubo una drástica reducción en estas defunciones cuando se abandonó tal práctica y se difundió el consejo de poner a dormir a los bebés boca arriba. .

Cuando en los años ochenta surgieron pruebas científicas claras de los efectos perjudiciales que tenía para los bebés el dormir boca abajo, tanto los médicos como los medios masivos de comunicación advirtieron sobre los riesgos, y el número de muertes súbitas del lactante empezó a descender extraordinariamente.

El mensaje fue reforzado más adelante por campañas que exhortaban «a dormir boca arriba», para eliminar, de una vez por todas, la influencia negativa de aquel lamentable consejo del doctor Spock.