Efectos drásticos de los tratamientos: excepcionales y fácilmente distinguibles
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Introducción
Sólo rara vez la evidencia científica estará tan netamente definida que no habrá lugar para la duda acerca de si el tratamiento funciona [2]. En tales casos, el efecto del tratamiento suele ser drástico e inmediato.
Tomemos el ejemplo del trastorno del ritmo cardíaco conocido como fibrilación ventricular, en el que la contracción de las fibras musculares en los ventrículos del corazón (cavidades inferiores) no es sincrónica. Es una urgencia médica, ya que la muerte puede producirse en cuestión de minutos. La técnica de «sacudir» al corazón con corriente eléctrica directa de un desfibrilador aplicado en el tórax se utiliza para normalizar el ritmo del corazón; cuando se tiene éxito, el efecto es casi instantáneo.
Otros efectos drásticos se obtienen con el drenaje del pus para aliviar el dolor de los abscesos, la transfusión sanguínea para el choque provocado por una hemorragia intensa y la insulina (una hormona producida por el páncreas) para la diabetes. Hasta los años veinte, los pacientes con diabetes tenían una vida corta, sufrían mucho y se consumían; sus concentraciones de azúcar en la sangre eran incontrolablemente altas. Muy pronto, los resultados iniciales de las pruebas con animales llevaron al uso de insulina en los pacientes, con un éxito sobresaliente: en aquella época, la respuesta fue casi milagrosa.
Otro ejemplo de la misma época fue el uso de hígado, que más adelante se demostró que era una fuente de vitamina B12, para los pacientes con anemia perniciosa. En este tipo de anemia, que entonces era mortal, la cantidad de glóbulos rojos disminuye de manera gradual hasta niveles peligrosamente bajos, lo que ocasiona en los pacientes una palidez fantasmal y una debilidad profunda. Cuando se administró extracto hepático a estos pacientes, se recuperaron rápidamente. Hoy en día, la vitamina B12 es la prescripción habitual para este tipo de anemia.
Algunos ejemplos de principios de este siglo muestran resultados igualmente asombrosos.