Investigación: buena, mala e innecesaria

Puntos clave

  • La investigación innecesaria es un desperdicio de tiempo, esfuerzo, dinero y otros recursos; también es contraria a la ética y potencialmente perjudicial para los pacientes
  • La investigación nueva solo debe realizarse si una revisión actualizada de investigaciones anteriores indica que es necesaria, y solo después de que se la haya registrado
  • Debe usarse la evidencia científica de las investigaciones nuevas para actualizar la revisión anterior de la evidencia científica pertinente
  • Gran parte de las investigaciones son de mala calidad y se realizan por razones cuestionables
  • Existen influencias perversas en el programa de investigación tanto de la industria como de los círculos académicos
  • Generalmente no se abordan aquellas cuestiones que importan a los pacientes
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Introducción

En las secciones anteriores, se hizo hincapié en las razones por las cuales las evaluaciones de los tratamientos deben diseñarse adecuadamente y abordar las preguntas que tienen importancia para los pacientes y la población en general. Cuando lo son, todos los implicados pueden sentirse conformes y orgullosos de los resultados, aun cuando no se materialicen los beneficios esperados, porque se habrán obtenido conocimientos importantes y se habrá reducido la incertidumbre.

Si bien gran parte de la investigación en salud es buena —y mejora a paso firme a medida que cumple con las normas de diseño y de escritura y publicación [1] –, por distintas razones aún se llevan a cabo y publican investigaciones innecesarias y de mala calidad. Y en lo que respecta a la demanda perpetua «se necesitan más investigaciones», una mejor estrategia sería hacer menos, pero centrar la investigación en las necesidades de los pacientes, con lo que se ayudaría a que se realicen por las razones correctas. En esta sección se exploran estas cuestiones.