Reducción de la intervención del azar en las revisiones sistemáticas

Previamente, se explicó cómo se puede reducir la intervención del azar al combinar los datos de estudios similares pero separados, un proceso que se conoce como «metanálisis». Se utilizó el ejemplo de cinco estudios, en cinco países diferentes, organizados y financiados de forma independiente para abordar el dilema que llevaba 60 años sin respuesta sobre qué concentración de oxígeno en la sangre de los prematuros es necesaria para aumentar al máximo las probabilidades de que sobrevivan sin discapacidades importantes.

El ejemplo mostró cómo se podía planificar este proceso antes de que los resultados de los estudios estuviesen disponibles, pero el mismo proceso se podía utilizar después de que un grupo de estudios similares estuvieran finalizados. Por ejemplo, en 1974, un médico sueco llevó a cabo una revisión sistemática de estudios que compararon los resultados de la cirugía para el cáncer de mama con o sin radioterapia. [6] Descubrió que, en todos los estudios, las mujeres tenían más probabilidades de morir en los grupos que recibían radioterapia.

Cuando esta evidencia científica se sintetiza estadísticamente mediante el metanálisis, se hizo obvio que era poco probable que este aumento en la mortalidad reflejara la intervención del azar. Análisis posteriores más exhaustivos, basados en la evidencia científica de pacientes individuales, confirmaron que la radioterapia que se utilizaba en ese momento realmente incrementaba la mortalidad. [7] El reconocimiento de este hecho impulsó la formulación de prácticas más seguras.