¿Cuál es el camino a seguir?

Las cuestiones tratadas anteriormente —acerca de las dudas y los valores individuales, de la comprensión de las estadísticas y cómo estas se aplican a las personas, y de las dudas de extender los tratamientos eficaces a grados cada vez más leves de una enfermedad— todas hablan de una necesidad de una mejor comunicación entre el paciente y el médico, y entre el sector de la salud y los ciudadanos a los que atiende. Por eso concluiremos este capítulo con la Declaración de Salzburgo sobre la toma de decisiones compartida, que establece un programa destinado a diferentes grupos para mejorar la manera de trabajar en equipo. [6, 7]

Declaración de Salzburgo sobre la toma de decisiones compartida

Hacemos un llamamiento a los médicos a:

  • reconocer que tienen un imperativo ético de compartir las decisiones importantes con los pacientes;
  • estimular un flujo de información bidireccional y alentar a los pacientes a hacer preguntas, explicar sus circunstancias y expresar sus preferencias personales;
  • proporcionar información exacta acerca de las opciones y las incertidumbres, los beneficios y riesgos del tratamiento, de acuerdo con las mejores prácticas para la comunicación de riesgos;
  • adaptar la información a la medida de las necesidades de cada paciente y darles tiempo suficiente para considerar sus opciones;
  • reconocer que la mayoría de las decisiones no tienen que tomarse de inmediato, y dar a los pacientes y sus familias los recursos y la ayuda necesarios para tomar decisiones.

Hacemos un llamamiento a médicos, investigadores, editores, periodistas y otros a:

  • hacer todo lo posible para que la información que proporcionan sea clara, actualizada y basada en evidencia científica y que se declaren los conflictos de intereses.

Hacemos un llamamiento a los pacientes a:

  • expresar sus preocupaciones, preguntar y hablar sobre lo que es importante para ellos;
  • reconocer que tienen derecho a ser partícipes con igualdad de condiciones en su cuidado;
  • buscar y utilizar información sanitaria de calidad.

Hacemos un llamamiento a los responsables de definir las políticas de salud a:

  • adoptar políticas que fomenten la toma de decisiones compartida, incluida su medición, como un estímulo para la mejora;
  • modificar las leyes de consentimiento informado para apoyar la adquisición de habilidades y herramientas para la toma de decisiones compartida.

¿Por qué?

  • Gran parte de la atención que los pacientes reciben se basa en la capacidad y la preparación de los médicos encargados de proporcionarla, más que en normas ampliamente aceptadas de buenas prácticas o en las preferencias de los pacientes para recibir tratamiento.
  • Los médicos a menudo son lentos en reconocer el grado en que los pacientes desean participar en la comprensión de sus problemas de salud, en conocer las opciones disponibles para ellos y en la toma de decisiones que tenga en cuenta sus preferencias personales.
  • Muchos pacientes y sus familias tienen dificultades para tomar parte activa en las decisiones de atención médica. Algunos carecen de la confianza suficiente para cuestionar a los profesionales de la salud. Muchos solo tienen un conocimiento escaso acerca de la salud y sus determinantes y no saben dónde encontrar información clara, fiable y fácil de entender.