1: ¿No hay algo que valga la pena probar cuando un paciente tiene una enfermedad que puede ser mortal?

Puede ser tentador querer probar el «medicamento milagroso» más reciente o seguir el ejemplo de algún famoso de gran notoriedad que ha hablado en la prensa en favor de un tratamiento que realizó, que quizás incluía un medicamento «de la llamada medicina alternativa» que fue objeto de gran promoción pero no de pruebas.

Los tratamientos convencionales pueden parecer mucho menos glamorosos y prometedores, pero la mayoría de los que se usan para enfermedades potencialmente mortales habrán sido evaluados minuciosamente para determinar su eficacia y seguridad.

Por eso, buscar la mejor evidencia científica al inicio puede ahorrar mucho tiempo, problemas y dinero.

La medicina convencional, en general, reconoce que existen grados de incertidumbre en torno a la eficacia y la seguridad de los medicamentos que se ofrecen. Su objetivo es reducir esas incertidumbres a un nivel aceptable mediante las pruebas y la revisión constante y sistemática de la evidencia científica para mejorar los tratamientos ofrecidos.

Estas mejoras dependen fundamentalmente de la ayuda de los pacientes que lograron entender que esta es la única forma de realizar progresos firmes. Comprensiblemente, los pacientes con enfermedades que pueden ser mortales pueden estar desesperados por probar cualquier cosa, incluso «tratamientos» no probados.

Pero es mucho mejor para ellos considerar la posibilidad de participar en un ensayo clínico adecuado en el que se compare un tratamiento nuevo con el mejor tratamiento existente. Esta comparación no solo revelará qué beneficios adicionales podría aportar el tratamiento nuevo, sino también qué daños podría causar.

Las enfermedades potencialmente mortales pueden necesitar tratamientos potentes, y no existe el tratamiento que no tenga efectos secundarios. Por esto, es mucho más importante que un tratamiento nuevo se pruebe de manera minuciosa e imparcial, de modo que los resultados se puedan registrar de manera sistemática para saber si realmente es probable que ayude a los pacientes.