La cura equivocada

. . .‘se supone que es cierto por pruebas, que al tomar tabaco, los buceadores y muchos más se encuentran curados de las enfermedades de los buceadores; por otro lado, nunca nadie resultó perjudicado por eso. En este argumento existe primero un gran error y luego un absurdo horroroso: […] cuando un hombre enfermo está en el pico de la enfermedad, en ese instante toma tabaco y luego su enfermedad toma el curso natural de decaer y, en consecuencia, el paciente recupera la salud, entonces el tabaco, por cierto, fue el hacedor del milagro.’

James Stuart, Rey del Reino Unido, Francia e Irlanda. A counterblaste to tobacco. En: The workes of the most high and mightie prince, James. Published by James, Bishop of Winton, and Deane of his Majesties Chappel Royall. London: printed by Robert Barker and John Bill, printers to the Kings most excellent Majestie, 1616: pp 214-222.