¿Por qué son necesarias las pruebas imparciales de los tratamientos?

En esta sub-sección

La naturaleza sanadora

Muchos problemas de salud tenderán a empeorar sin tratamiento, y algunos empeorarán a pesar del tratamiento. Sin embargo, algunos mejoran por sí solos, es decir, son «autolimitado». Como dijo un investigador que participaba en la prueba de un tratamiento propuesto para el resfriado común: «si un resfriado se trata enérgicamente mejorará en siete días, mientras que si se lo deja sin tratar mejorará en una semana».[1] Para decirlo más cínicamente: «La naturaleza cura, pero el médico se lleva los honorarios».

Puesto que las personas en general se recuperan de la enfermedad sin tratamiento alguno, cuando se prueba un tratamiento, se deben tener en cuenta la evolución y el desenlace «naturales» de las enfermedades que no se tratan.

Piense en algún momento en que tuvo dolor de garganta, cólicos o una erupción poco común en la piel. En muchos casos, estos trastornos se resolverán solos (sin un tratamiento formal). No obstante, si ha recibido tratamiento (incluso uno ineficaz), quizás supuso que los síntomas desaparecieron gracias al tratamiento. En pocas palabras, el conocimiento de la historia natural de una enfermedad, incluida la probabilidad de que mejore sola (remisión espontánea), puede evitar el uso de tratamientos innecesarios y las falsas creencias en remedios no probados.

Cuando los síntomas de una enfermedad vienen y se van, es especialmente difícil intentar precisar los efectos de los tratamientos. Por ejemplo, es más probable que los pacientes con artritis busquen ayuda cuando tienen un brote particularmente agudo que, por su misma naturaleza, es improbable que persista. Ya sea que en ese momento reciban un tratamiento convencional o complementario, eficaz o ineficaz, es probable que su dolor mejore después de recibirlo, simplemente porque el brote desaparece. Sin embargo, como es comprensible, los médicos y los pacientes tienden a atribuir esas mejorías al tratamiento utilizado, aunque es probable que no haya tenido nada que ver con él.