Cómo no iba a estar confundida

En enero de 2004, una paciente sometida a una histerectomía envió esta carta a la revista The Lancet:

‘En 1986, me sometí a una histerectomía porque tenía fibromas. El cirujano también me quitó los ovarios y descubrió que, además, tenía endometriosis. Como en aquel entonces yo apenas tenía 45 años y habría sufrido una menopausia inmediata, me iniciaron terapia hormonal sustitutiva (THS). El primer año, tomé estrógenos conjugados (Premarin), pero desde 1988 hasta 2001, el cirujano que me operó me colocaba implantes de estrógenos cada 6 meses en su consultorio particular. Siempre tuve algunas dudas sobre el tratamiento, ya que sentía que no podía controlar nada una vez que me ponían el implante, y además, después de varios años padecía muchos dolores de cabeza. Fuera de eso, me sentía con muy buena salud.

Sin embargo, mi cirujano me aseguraba que la THS tenía muchas ventajas y que me hacía bien, con lo cual yo estaba de acuerdo. Al pasar el tiempo, se reconocían cada vez más beneficios de la THS, y ya no era solo un medicamento con fines cosméticos, como se lo había usado en sus primeros años. Ahora era útil para el corazón y la osteoporosis, y ofrecía cierta protección contra los accidentes cerebrovasculares. Cada vez que iba a ver a mi cirujano, parecía contar con más datos científicos sobre las ventajas de usar la THS.

Mi cirujano se jubiló en 2001 y acudí con el médico del Servicio Nacional de Salud. ¡Qué conmoción! Me dijo exactamente lo contrario que mi cirujano particular: que sería recomendable dejar la THS; que la THS podía aumentar el riesgo de enfermedades del corazón, de accidentes cerebrovasculares y de cáncer de mama, y que podía ser la causa de mis dolores de cabeza. Me pusieron otro implante y luego tomé Premarin un tiempo breve, pero desde entonces no he usado la THS durante casi 8 meses. El médico me dijo que yo tenía que decidir si la seguía usando o no. ¡Me sentí tan confundida! . . . No puedo comprender cómo la THS y todas sus ventajas maravillosas pueden convertirse en lo opuesto en tan poco tiempo. ¿Cómo podemos las personas comunes tomar una decisión clara? He pasado muchas horas comentando y pensando si debí haber continuado con la THS, aunque hasta el momento no he padecido muchos efectos negativos. Estoy muy confundida sobre todo el asunto en general, y estoy segura de que otras mujeres sienten lo mismo.’

Huntingford CA. Confusion over benefits of hormone replacement therapy. Lancet 2004;363:332.